NUESTRO GIORDANO BRUNO

Se dice que la historia nunca pertenece a uno solo, ni siquiera al narrador. Quizá, por un breve ins­tante fue mía, ahora será de ustedes. La pongo a su disposición con el único requisito, si algo les provoca, de que la compartan con alguien más.

Habiendo cumplido con mi contrato establecido con la editorial, enton­ces conocida como Random House Mondadori, me en­cuen­tro en posesión de los derechos de autor absolutos sobre mi obra Giordano Bruno. Forastero en el Universo que ahora ofrendo a quien quiera conocer al Nolano, apelativo que usó para firmar algunas de sus obras.

Las grandes polémicas que Giordano Bruno causó, lo condenaron a ser enjui­ciado por la Inquisición ita­liana, que lo envió a la hoguera en el año de 1600 en Campo dei fiori, en Roma. Su vida y obra han influido a pensadores, artistas, filósofos y admirado a científicos contem­poráneos por sus concep­ciones adelantadas a su tiempo. Los ocho años en prisión antes de su muerte fueron un brillante ejercicio intelectual, y un valeroso ejemplo de apego y respeto a sus principios. Los datos históricos de esta novela han sido investigados con rigor. No así su condición humana que fue ideada y escrita desde mi subjetiva imaginación.

Aquí está ahora Giordano Bruno, cuatro siglos después de haber “muerto mártir y con el placer de que su alma ascendería al paraíso envuelta en aquella humareda,” según se cuenta que alcanzó a decir rumbo a la hoguera, dispuesto a seguir su camino.

Laura Vit

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Photo by Leonardo Aguiar